El contexto
de crisis económica que ha aquejado al país español desde hace unos años ha
hecho emerger diversas empresas de microcréditos, las cuales están al margen
del Banco de España o de la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Aparecen
desde el año 2009, podría decirse que la empresa pionera en el ramo fue
Comunitae.
La mayoría de
estas empresas opera a través del internet y su premisa es ofrecer al cliente
el monto en efectivo solicitado de manera casi inmediata, algunos prometen
entregar el préstamo en apenas unos pocos minutos. Generalmente los montos
asignados son pequeños (por debajo de los 1000 euros) y es el cliente quien
elige en cuánto tiempo lo devuelve, es decir, cómo estarán segmentados los
plazos de amortización.
Alternativas en tiempos de crisis
Mientras más
largo sea el plazo, es decir, cuanto más se tarde en pagar el préstamo, mayores
serán los intereses generados, por tanto, más deberá pagársele al prestamista.
En caso de incumplimiento, aplica una comisión de penalización, de manera que
es bastante desaconsejable incurrir en esa falta.
Sería difícil
especificar cuántas empresas de este tipo existen en España. Sin embargo, estas
cuentan con bastante cobertura publicitaria, tanto en espacios televisivos y
anuncios de prensa como en internet, donde su presencia es cada vez más
notoria. Bastaría con ingresar “prestamistas
particulares en España” en cualquier motor de búsqueda en internet para
encontrar una larga lista de ellas.
Es posible
distinguir entre dos tipos de empresas prestamistas, están aquellas entidades
de crédito al consumo, donde podemos incluir a Cofidis y Cetelem entre otras;
estas tienen muchos años funcionando en el país y básicamente cumplen todos los
requisitos de una entidad financiera. Por otro lado, se encuentran aquellas
asociaciones de particulares que ofrecen microcréditos rápidos, como Zaplo,
Wonga, Kredito24, y un largo etcétera, que por el contrario no podrían ser
catalogadas como empresas financieras y por tanto no están sometidas a los
rigores del caso.
Este tipo de
microempresas, al no estar reguladas ni por el Banco de España ni por la
Comisión Nacional del Mercado de Valores, están amparadas bajo la ley 22/2007,
y en consecuencia, corresponde al Ministerio de Sanidad y Consumo el
seguimiento correspondiente. El préstamo
de dinero entre particulares españoles es una labor completamente legal en
el país.
Cabría
preguntarse si acaso este tipo de empresas no tienen algún tipo de obligación,
y de hecho sí la tienen: deben ser transparentes, facilitar al público las
condiciones generales de contratación y facilitar el acceso a un libro de
tarifas y gastos repercutibles.
Los préstamos entre particulares
en España son populares especialmente entre las jóvenes generaciones, y muy
poco entre las personas mayores quienes ven con recelo este tipo de relación
comercial, prefieren apegarse a la banca tradicional, sin embargo, esta todavía
implica retrasos y, sobre todo, exige avales que no todos pueden cubrir.
Es importante evaluar muy bien las opciones disponibles y considerar muy
bien nuestras capacidades al momento de pedir un préstamo de dinero.
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